Un hombre llamado Jamil
Junto a su amada Iman, Jamil dejó su casa destrozada, se despidió de Deir Al-Zour, la ciudad que lo vio crecer, y huyó de Siria.
Tras 1.626 Km, un viaje en bote y ocho mil dólares menos en el bolsillo, cambiaron la violencia de una guerra por la del campo de refugiados de Moria y la indiferencia de Europa.

Érase una vez un hombre llamado Jamil.
Un hombre, ni más ni menos feliz que tú o que yo.
Jamil vivía en una casa grande y bonita con Iman, su mujer, y su pequeño de cuatro años.
Habían recibido la feliz noticia de que tendrían otro bebé.
Un día, sobre su casa voló un avión, uno de esos grandes y fuertes, uno de esos que hacen
mucho ruido al volar, uno de esos que tiran bombas, una de las cuales destruyó aquello que Jamil más quería.
¿Quieres conocer la historia real tras el cuento?
Su sueño es llegar a Alemania o a Francia, ayudar a Iman a encontrar un buen hospital que trate de reconstruir aquello que una vez albergó vida, formar un hogar y quién sabe si volver a ser aquel hombre ni más ni menos feliz que tú o que yo.
*Cualquier parecido con la realidad NO es mera coincidencia